Hezbolá
Hezbolá: Un Partido de Dos Caras—Yihadista y Político
Hezbolá: Un Partido de Dos Caras—Yihadista y Político
Hezbolá, una organización musulmana chiita originaria del Líbano, se ha consolidado como un protagonista clave en el turbulento panorama político y militar de la región. Con una estructura dual que abarca tanto un brazo militar como uno político, Hezbolá se asemeja a otros grupos fundamentalistas como los talibanes y al Qaeda, compartiendo con ellos una ideología antiimperialista, yihadista y, en particular, antisionista.
La historia de Hezbolá se remonta a la Guerra del Líbano (1982-1985), cuando una invasión israelí provocó la resistencia de diversos grupos locales. La respuesta a la muerte del embajador israelí en Londres, a manos de la Organización de Liberación de Palestina, dio lugar a un conflicto que vio la intervención de clérigos iraníes chiitas que apoyaron a líderes antisionistas, especialmente a Abbas Al-Musawi, considerado el “padre fundador” de Hezbolá. El nombre Hezbolá significa «partido de Dios», y aunque la organización emergió durante la Guerra Civil del Líbano (1975-1990), su objetivo inicial fue la lucha contra Israel. A pesar del Acuerdo de Taif de 1989, que buscó establecer la paz, Hezbolá continuó su resistencia, culminando en la retirada de Israel del Líbano en 2000, aunque todavía persisten tensiones por territorios como las Granjas de Shebaa.
Con el final de la Guerra Civil, Hezbolá adoptó una postura más moderada y buscó integrarse en la política libanesa, logrando su primera participación electoral en 1992. A partir de entonces, el grupo se consolidó como un partido político significativo, reclamando representación para la población chií, que constituye aproximadamente el 30% de la población libanesa. Sin embargo, la guerra no ha dejado de acechar a la organización. En 2006, la captura de soldados israelíes desató la Guerra Israel-Hezbolá, un conflicto que duró 33 días y que culminó con la intervención de la ONU y un alto el fuego que dejó la tensión latente.
Desde 2011, con el estallido de la Guerra Civil Siria, Hezbolá ha respaldado al régimen de Bashar Al-Assad, consolidando su posición en la región y aumentando sus lazos con Siria. Esta guerra, aunque externa, ha creado nuevas dinámicas de conflicto y ha intensificado la relación entre Hezbolá y otros actores como Irán. Hezbolá forma parte del llamado “Eje de la Resistencia”, una alianza de seguridad que incluye a Irán y Siria, y que cuenta con el apoyo de varios países y grupos paramilitares, todos unidos por su oposición a Israel y a Estados Unidos. Este contexto ha llevado a una escalada de tensiones, especialmente en el marco del conflicto israelí-palestino.
A pesar de su imagen como grupo yihadista, Hezbolá también opera como un partido político en Líbano, donde cuenta con una presencia significativa en el Parlamento. Esto ha llevado a que muchos países, como la Unión Europea y Nueva Zelanda, reconozcan la faceta política de Hezbolá, separándola de su brazo militar. El canal de televisión Al-Manar, popular en Líbano, se ha convertido en una plataforma para difundir sus ideas y fortalecer su apoyo entre la población chií.
Hezbolá representa una compleja intersección de militarismo y política en el Líbano, y su papel en la región es más que un simple conflicto bélico. La organización es un símbolo de la resistencia chiita y un protagonista indispensable en la política libanesa, reflejando las luchas históricas y contemporáneas del pueblo que representa. A medida que el conflicto israelí-palestino continúa, el papel de Hezbolá en la región sigue siendo crucial y multifacético.
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