Guerra de Libia (2011)
Guerra de Libia 2011: La Guerra que Derrumbó el Régimen de Gadafi
En 2011, Libia se convirtió en el epicentro de una guerra civil que no solo cambió el rumbo de la nación, sino que también dejó profundas secuelas en toda la región. El levantamiento popular contra Muamar Gadafi, quien había gobernado el país desde 1969, fue impulsado por la Primavera Árabe, una ola de protestas que sacudía al mundo árabe y que buscaba poner fin a décadas de gobiernos autoritarios. En Libia, la represión y la insatisfacción con el régimen llevaron al inicio de un conflicto que resultó en el derrocamiento del dictador y en el caos interno que aún hoy afecta al país.
El detonante de la guerra fue la detención, el 15 de febrero de 2011, del activista Fethi Tarbel, lo que provocó una ola de manifestaciones masivas en Bengasi y otras ciudades. Las fuerzas gubernamentales intentaron sofocar las protestas con una represión violenta, pero esta solo intensificó la furia popular. El levantamiento se expandió rápidamente en Cirenaica, en el este del país, y para el 24 de febrero, las fuerzas rebeldes habían tomado el control de ciudades clave en la región. La situación escaló a tal punto que el Consejo de Seguridad de la ONU impuso sanciones contra Gadafi y aprobó una resolución que permitía una intervención militar para proteger a la población civil.
En marzo, la OTAN asumió el liderazgo de la intervención internacional, respaldando a los rebeldes con ataques aéreos y apoyo logístico. Esto cambió el balance de poder en el conflicto, debilitando a las fuerzas leales a Gadafi. La oposición, conocida como el Ejército de Liberación Libio y compuesta en gran medida por desertores del ejército y civiles voluntarios, se organizó bajo el Consejo Nacional de Transición (CNT), que se autoproclamó el gobierno legítimo de Libia. Para agosto, los rebeldes, apoyados por la OTAN y armamento de Estados Unidos, Francia y Reino Unido, lanzaron una ofensiva decisiva sobre Trípoli. La toma de la capital, el 21 de agosto, significó el golpe final para el régimen, dejando a Gadafi y sus aliados sin refugio.
El 20 de octubre de 2011, en su ciudad natal de Sirte, Gadafi fue capturado y asesinado por fuerzas revolucionarias. Su muerte puso fin oficialmente a la guerra y selló el destino de Libia como una nación sin rumbo claro. Sin embargo, la caída de Gadafi no trajo la estabilidad esperada. Por el contrario, el vacío de poder generó conflictos entre facciones armadas y el surgimiento de milicias y grupos yihadistas. La Segunda Guerra Civil, iniciada en 2014, solo profundizó la crisis, dejando al país dividido y devastado.
Hoy, Libia sigue atrapada en las secuelas de esta guerra. La intervención internacional fue decisiva para la caída de Gadafi, pero no evitó el caos posterior. La historia de Libia en la última década ha sido una advertencia sobre los desafíos de la transición a la democracia en contextos de conflicto armado y sobre el impacto duradero que una guerra civil puede dejar en una nación y en toda una región.